Cuando hablamos de las mujeres en la actualidad podemos encontrar situaciones similares en los países de habla hispana. Una de las condiciones que enfrentamos y es aterrador, es la paz.
La paz por y para las mujeres es un tema grande y a la vez escurridizo que se está abordando desde espacios parciales y fragmentados que no permiten conseguirla plenamente y por momentos, pareciera absurdo estar en su búsqueda constante.
Pero es que a pesar de todos los avances la paz sigue siendo uno de los más grandes retos y al mismo tiempo la solución más sencilla a muchos problemas que están vinculados a la posibilidad de que las mujeres en el planeta contemos con condiciones de paz.
Pero miremos un poco la situación, en un momento de la civilización humana en donde se supone que las mujeres tenemos más oportunidades que nunca en la vida, como acceso a: la educación, a puestos de alta gerencia o de alta responsabilidad, a recursos financieros, somos, sin duda, más independientes y poderosas que nunca en la vida, o al menos eso pareciera.
Para darnos cuenta basta con observar que como mujeres nos graduamos en números mayores que los varones de las instituciones educativas, cada día más las mujeres representamos porcentajes más altos como Sostén Único de la Familia. Como mujeres creamos más empresas que nunca y en un número mayor al que lo hacen los hombres.
Al mismo tiempo tenemos más libertades para tener el tipo de relaciones que queramos, mono y poli,, para manifestarnos en nuestras preferencias sexuales e identificación de una manera a la que no teníamos acceso ni siquiera hace 15 años.
Pareciera que todo esto es una ganancia pero entonces KESTAPASAANDA.
Hoy las mujeres somos menos felices, tenemos más malestar, estamos más deprimidas y menos saludables que nunca en la historia y esto no refleja el acceso a la paz.
Las mujeres hoy tenemos estados de ansiedad y depresión que se elevan con el tiempo y siempre son mayores que aquellos que presentan los hombres.
Un 72% de las mujeres tenemos una relación no sana con nuestros cuerpos.
¿Dónde está la paz en esto?
El número de enfermedades relacionadas con nuestro sistema más poderoso, el sistema de la creación llamado por la ciencia el aparato o sistema reproductor humano van en ascenso y están cobrando muchas vidas. Como es el caso del cáncer cérvico uterino, cáncer de ovarios, cáncer de mama, miomas, ovario poliquístico, endometriosis, papiloma humano por mencionar algunas. Esto no refleja la paz.
Cuando hablamos de la paz debemos observar, no solo el acceso a oportunidades si no la paz con la que nos tratamos a nosotras mismas, hay tantas maneras de violencia personal cuando no lo hacemos que la tenemos normalizada.
Para dar ejemplo basta observar la guerra que le ponemos por años al ciclo menstrual.
Si ahí no nos damos el espacio de la paz para fluir con nuestras propias energías, difícil será que podamos nutrirnos y desarrollarnos personalmente para luego ser capaces de poner los límites necesarios a las demás relaciones.
Cuando queremos ver la paz a fuera y pedirla a nuestras parejas, en la sociedad en general debemos empezar por la paz con una misma y con la paz con la que nos desarrollamos en todos los ámbitos de la vida. Esto a la par de exigir a las autoridades para que garanticen condiciones de paz en poblaciones, villas y ciudades y garanticen también la paz en los entornos laborales.
Lo cierto es que una mujer en paz, es una mujer que puede mantenerse en su centro nutriéndose y desde ahí nutriendo en paz a la comunidad en la que se desenvuelve.
Entrando en paz la mujer puede transformar su vida y su realidad. En Mujeridad Despertar, entrar en Paz es uno de los efectos que tiene observar los 7 principios. Lo principal entrar en PAZ con una misma y construir la paz circundante desde ahí.
Cuéntame tú: ¿cual es tu práctica favorita para entrar en paz?
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2 Comments on “Mujer en Paz, irradia Paz”
Mi práctica favorita para entrar en paz es conectarme con la naturaleza
María que gusto leerte. A mi también me encanta la natrualeza como medio para llegar a la paz